top of page

2021

ALEJANDRA_CARRILLO-ESTRADA-title.jpg

Venado Azul de los Cielos Claros

Ceramic with glaze, fiber, steel

Courtesy of the artists

The Venado Azul is a mythological creature, a guide, and source of connection for the Wixarika people to their ancestors. For this interpretation of the sacred animal, I was inspired both by the symbolic importance of this figure and the modern context with which this project came to be.

When George approached me to collaborate, I knew that the animal should reflect a sense of regality correspondent to its origins. I knew, also, that just as the Venado Azul is a touchpoint for the Wixarika as a community, our interpretation should reflect more than one single creator—I wanted it to feel like a true collaboration. I envisioned the final state of the deer with textiles adorning its face, but it was clear that it would not feel finished without a framework for them to sit within. Luckily, when I asked George if he would be willing to add his sprig technique to the head, he generously obliged. This allowed me to respond to the shapes of the sprigs and define a language for the textile elements.

Woven on a floor loom, with a two-color warp, these elements became a textile parallel to the sprigs—an accumulation of pieces, jigsaw-ed carefully into place. Just as George creates sprigs that reflect the scales of a fish, or the rough hair on a boar, these “woven sprigs” reflect the deer’s coat, creating a joyful and immersive surface. The piece celebrates the way weaving can create textures unique to itself.

Weaving is a way to connect to—and celebrate—my Mexican heritage. The first time I ever saw weaving being done was when I was a child, in a park in San Cristóbal de las Casas, Chiapas, my parent’s home state. Having the chance to create my work alongside over a dozen other Mexican artists, I felt as though I was being guided into community—perhaps that was the spirit of the Venado Azul alongside me.

El Venado Azul es una criatura mitológica, una guía y una fuente de conexión para el pueblo Wixarika con sus antepasados. Para esta interpretación del animal sagrado, me inspiré tanto en la importancia simbólica de esta figura como en el contexto moderno con el que nació este proyecto.

Cuando George se me acercó para ser colaborador de este proyecto, supe que el animal debía reflejar un sentido de realeza y estatura que correspondía a sus orígenes. Sabía, también, que así como Venado Azul es un punto de contacto para Wixarika como comunidad, nuestra interpretación debería reflejar más de un creador, quería que se sintiera como una verdadera colaboración. “George,” le pregunté, “¿Estás usando tu técnica de ramitas con alguno de los otros artistas?” No quería imponerme, pedirle que hiciera más trabajo del que ya estaba, pero al mismo tiempo cuando visualicé el estado final del venado, con los textiles adornando su rostro, estaba claro que no se sentiría terminado sin un marco para que se sienten dentro. Afortunadamente, George estaba listo y, después de decidir la forma general de las ramitas, me envió la cabeza en todo su esplendor de cerámica. Esto me permitió responder a las formas y figuras ya creadas por las ramitas y definir un lenguaje para los elementos textiles. Tejidos en un telar de piso, con una urdimbre de dos colores, pensé en estos elementos como un tejido paralelo a las ramitas: una acumulación de piezas, cuidadosamente ensambladas en su lugar. Así como George crea ramitas que reflejan las escamas de un pez o el pelo áspero de un jabalí, estas “ramitas tejidas” tenían la capacidad de reflejar el pelaje del venado. Quería que fuera una superficie alegre e inmersiva, con las “ramitas tejidas” respondiendo a las diferentes condiciones del rostro. También quería celebrar la forma en que el tejido puede crear texturas únicas en sí mismo, manteniendo el hilo en estructuras que rara vez vemos, incluso cuando estamos en contacto constante con telas tejidas.

Tejer es una forma de conectarme y celebrar mi herencia mexicana. La primera vez que vi tejer fue cuando era niña, en un parque en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, el estado natal de mis padres. Al tener la oportunidad de crear mi trabajo junto a más de una docena de artistas mexicanos, sentí que me estaban guiando hacia la comunidad, tal vez ese era el espíritu del Venado Azul junto a mí.

Venado Azul — 1931, 1943, 1955, 1967, 1979, 1991, 2003, 2015

bottom of page